¡Ni la arrogancia ni la prepotencia pudieron con el pueblo!
Ayer domingo, el joven ecuatoriano Daniel Noboa logró una contundente e histórica victoria en las elecciones presidenciales de Ecuador. Con más del 90 % de las actas escrutadas, Noboa arrasó con el 55,88 % de los votos frente al 44,12 % de su rival, la candidata del correísmo Luisa González, quien no ha querido reconocer su derrota y ha salido a denunciar, sin pruebas, “el fraude más grande de la historia del país”.
Pero no. No hubo fraude. Hubo dignidad nacional, hubo decisión, hubo una juventud despierta, y un pueblo cansado de promesas huecas y de una izquierda radical que ha destruido todo lo que ha tocado. No pudo la arrogancia, no pudo la grosería, no pudo la falta de respeto al adversario, ni mucho menos el discurso vacío lleno de odio.
Ecuador habló claro, y en su voz también habló una Latinoamérica que quiere despertar. Porque esta victoria no solo salva a Ecuador de caer en el abismo del autoritarismo, como ya ocurrió en Cuba y Nicaragua, sino que envía un mensaje directo a todo el continente: los pueblos quieren libertad, respeto, trabajo, oportunidades, no más discursos ideológicos que terminan en miseria.
Desde Mundo al Aire celebramos esta victoria democrática. Escuchamos con esperanza las palabras de Noboa al proclamar:
“Esta victoria ha sido histórica. No queda ninguna duda de quién es el ganador”.
Y lo hizo desde su casa en la playa, en Olón, junto a su esposa Lavinia Valbonesi y su madre Annabella Azín, demostrando que no hace falta gritar ni manipular para conquistar el corazón de un país.
¡Felicidades, Ecuador!
Hoy vuelve la esperanza a respirar.
Hoy la libertad le ganó a la imposición.
Y hoy, más que nunca, Latinoamérica entera te aplaude.