Por: Alvaro Rodriguez Hernandez


Desenterrando el muerto

Desenterrando el muerto Desenterrando el muerto

Le escuché de antaño a un viejo zorro conservador político – lo que es un pleonasmo – narrar que en política nadie se ha muerto.

Los muertos que vois matáis gozan de cabal salud y eso sí que es cierto. He visto cerrar y abrir muchos directorios. Eso hoy no ocurre porque la política es la calle misma, es el escenario natural. Hay que callejearla. Esa es la mejor pasarela para que sus actores la caminen. La degusten como producto con marca banderiza. Se la pongan. La exhiban. Está en un celular.

La política, digo, crece, nace, se reproduce… y estalla!. No muere. Tiene capacidad enorme de refundarse. De camuflarse. Por eso muchos la llaman política camaleónica. De cambiar de máscara. Política pandémica.

El Partido de la U en Risaralda, con un Juan Carlos Valencia envalentonado, se metió en la empresa, de desenterrar el muerto.

Viene la convención departamental y así lo niegue como sigue negando que aspira a la Cámara y que renunciará a la Asamblea, busca autoproclamarse como el presidente de ese otrora poderoso partido en Risaralda. Que dejó legado y herencia política y tuvo y generó poder.

Que mostró muchos metales ganados en urnas. Que hizo imposibles en la vida política regional con base en la astucia de una dirigencia aguerrida, guapa y entonada. ¡Que mandó!

Está en todo su derecho el diputado Valencia de ir por dignidades y lo grave es que lo niegue como si fuese deshonroso “cargar con el muerto”. Hágalo. No lo dude. Negarlo es lo grave.

Tiene capital político él y su partido antes que lo desbaraten. Busca y ha encontrado socios para esa empresa electoral. Lo sabe bien él que es Administrado… ¡De votos! de la Católica. Que ha sido 9 veces concejal, ex congresista liberal y hoy diputado por el muerto que niega pasear en el cementerio político.

Las elecciones y bien lo conoce, se ganan con votos. Las convenciones, cualquier activo electoral se consigue con votos, con aliados, con estrategias pero nunca metiéndose mentiras.

Lo otro es ir por el despeñadero pensando que no alcanzan umbral o que en el torneo electoral venidero lo van a dejar sólo. No puede hacer política con miedos medidos con cálculos equivocados.

No le tema a que le salgan al tinglado. Usted la ha guerreado, doctor Juan. No mire para los lados y mire la realidad. No es delito trepar y mucho menos en la política.

Él la conoce bien que ha guerreado y está fogueado en estos avatares del embrollo, del remolino político.

No le dé pena cargar el muerto antes que lo desentierren: a usted y a su partido. En política, también hay muchos cadáveres insepultos!

No te metás mentiras Juan, que por ¡ahí te andan buscando!

Mucho menos negar que estás en la oposición en Pereira y con el plato servido en el departamento. Insisto: ¡lo malo es negarlo!