Por: Alvaro Rodriguez Hernandez


Los mejores del Concejo y la Asamblea

Los mejores del Concejo y la Asamblea Los mejores del Concejo y la Asamblea

Si no pertenecen a una generación perdida por los arrebatos del tiempo, van a sumar muchos kilómetros en política.

Pero asistimos a una nueva generación política que se pule y desde sus antorchas provocan sus propios incendios. Sus ideas corren y le aportan al debate. Crecen en sus propios tiempos.

Brillaron en el Concejo de Pereira: Daniel Zuluaga, liberal; Carlos Hernán Muñoz, sacó la cara y su capacidad por Cambio Radical y Nancy Henao, que por el partido Verdel le dio otro tono al debate.

Para escoger el mejor: entre Carlos Hernán y Daniel Zuluaga. Coherentes, propositivos, estudiosos, con juicio y sin llevarse por delante la seriedad de sus palabras con argumentos huecos. No. Construyeron.

Los Tres Mosqueteros del Concejo, son en realidad, cuatro: Maicol Lopera. Su experiencia está para otros ascensos.

El liberalismo cerró una buena faena con la bancada que integran, además: Camilo Montoya y Joan Manuel Ríos Bedoya. ¿Quién puede desconocer el excelente momento y todo lo que le aportó, Joan Manuel?

Todos han dado debate y han aportado con sus análisis, a que el discurso del Concejo se enriquezca.

Pero no es hora para ensalzar sino de madurar procesos políticos y máxime dentro de un partido liberal, agolpado en expectativas y lleno de resabios.

En Dosquebradas, de lejos, pero muy lejos, el Mejor Concejal es el ex Personero, Óscar Mauricio Toro. Abre debates, tiene fondo, prepara sus intervenciones y en el orden legal, arrastra conocimiento y credibilidad. Presentó varias iniciativas.

Hay otro concejal que descubre otro panorama en el Centro Democrático y merece honores: Felipe García. Muy bien.

Por la Asamblea del Risaralda, los Mejores son: Durgues Espinoza, Centro Democrático y el hoy presidente, el liberal, Juan Diego Patiño Ochoa.

Durgues, hizo un papel de político serio. Sus intervenciones fueron escuchadas. Atendidas y respetuosas. Ajustadas al tenor del tema. El segundo, no se contentó con ser apellido. Se colocó el traje de diputado e hizo un recorrido serio, constante, sólido, desde el pupitre de la presidencia. Brindó garantías. Respetó la institucionalidad.

Brillante la tarea de Juan Carlos Valencia, Partido de la U y de Diego Naranjo, que argumentaron, entregaron razones para que Risaralda resurja. Naranjo entusiasmó con su control político bien documentado.

Mención aparte, el brillo del conservador, Carlos Andrés Gil.

En política se escala lento, pero mucho de ellos quieren llegar sin coronar premios de montañas y metas volantes. Llegar a una falsa cima estropeando su futuro. Estrujando, cargados de intrigas y de vicios. He visto muchos presentes arruinados. Por asaltar la decencia y por creer que la política se hace sin frenos.

No esperamos que “salga el malo malísimo de la historia”. Pero ellos, son los mejores.